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CubaHERMOSA

Medidas para proteger una Reina en Ciego de Avila

 Por Roberto del Valle Menèndez

El  Archipiélago Jardines de la Reina, propuesto  como Parque Nacional,  es hoy una importante reserva marina donde intervienen especialistas del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, de Cayo Coco, y de otras importantes instituciones científicas de Cuba.

 Situado al sur de la provincia de Ciego  de Ávila  es objeto  de investigación desde 1996, y es uno de los cuatro existentes en Cuba con 950 kilómetros cuadrados, y presenta un excelente entorno natural.  Se le considera la mayor reserva marina de Cuba y el Caribe, y compite entre las más extensas en el mundo.

Para el Doctor Fabiàn Pina Amargòs, especialista del  Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros,  la reserva marina no es más que un área especial con determinada protección para un uso sostenible sin detrimento de los recursos existentes, y que tiene, entre sus ventajas,  el suministro  de productos reproductivos con mayor calidad en larvas juveniles y de productos reproductivos fuera de la zona elegida.

 Es decir, hay un derrame de biomasa fuera de la reserva con una presencia abundante de especies, lo que favorece la actividad pesquera, y a su vez demuestra la efectividad de este control. 

 Esta área  protegida tiene entre sus valores corales pétreos y microalgas, especies marinas de gran valor comercial como la cherna, pargo criollo, jurel, cubera, sierra, serrucho, pintada,  aguajì, picùa, pez perro, raya americana, cherna criolla,   y  la langosta, de alta demanda en el mercado internacional. 

 Aunque su fondo marino no resulta tan atractivo por sus colores, la abundancia de tiburones y de peces de gran talla, favorecidos por la existencia de la reserva, permiten un atractivo turismo donde predominan los ingleses, canadienses, italianos y checos, promovidos por la cadena AzulMar en actividades de buceo y pesca. (www.nauticamarlin.com)

 Hay una pesca deportiva turística de captura y liberación del Macabì, el Sábalo y la Palometa, lo que en el año no sobrepasa las cinco toneladas, un índice aceptable mundialmente para este tipo de  reserva.

 Para el doctor  Pina Amargòs  la importancia  primera de esta reserva marina es que permitió adoptar medidas efectivas para la conservación de la ictiofauna,   con un decisivo aporte a la actividad pesquera en las cercanías de la  misma.

 Aún cuando existen medidas de control para evitar la pesca ilegal en esa área, se ha comprobado que anualmente se pierden 37 toneladas, lo que puede reducirse con  acciones  más efectivas.

 La investigación permitió comprobar, en primer lugar, una abundancia de peces en la reserva con  la existencia de 251 especies de 139 géneros, 68 familias y dos clases de peces, esencialmente del tipo  chondrichthyes y actinopterygii, y 37 especies de algas dominantes en la zona.

 Esta investigación que llevó al fomento de la Reserva Marina Jardines de la Reina, es única en su tipo en Cuba, y fue  promovida por el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, institución de reconocido prestigio internacional, fundado el 28 de noviembre de  1991 en Playa Larga, Cayo Coco, eje central  del Polo Turístico Jardines del Rey al norte de Ciego de Ávila.

 Con seis grupos de trabajo integrados por profesionales de alto prestigio formados  por la Revolución, entre sus misiones se encuentra realizar investigaciones relacionadas con las ciencias naturales y el desarrollo socio económico de los territorios en ecosistemas costeros, terrestres, marinos y otros de alta sensibilidad ecológica, ejecutar monitoreos ambientales y fomentar el desarrollo y protección de las áreas protegidas, senderos interpretativos, actividades de ecoturismo, y turismo de naturaleza especializados y científicos.  (www.fica.inf.cu)

 

 

 

 

 

 

 


 

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