Carta para Cuba
La Opiniòn de Gabriela Benìtez
Sábado
He llegado a México sin ningún contratiempo. Mientras iba en el taxi rumbo al aeropuerto mis ojos querían llenarse por última vez con las imágenes de su país, quería grabármelas en mi cabeza pues en el fondo sentía un miedo enorme a las horas que estaban por venir... ya no vería a Cuba, esa Cuba que ustedes, abriéndome sus corazones, me hicieron el favor de mostrarme hasta sus entrañas. Que les puedo decir: me enamore de ella, de su esperanza, de su humanismo, de su rebeldía, de su conciencia, de su alegría, de su música, de su clima, sus paisajes, de sus aguas calmas y transparentes como el corazón de su gente. No puedo negar que en el fondo Cuba se parece (en mucho) al mundo que sueño todos los días, al planeta que deseo para todos, por eso cuando viajaba en el taxi me aferraba tanto a mirar hacia afuera de la ventanilla, con un deseo infernal de que mi alma se me saliera y se quedara flotando, para siempre junto a ustedes.
Y bueno, creo un poco que eso fue lo que me paso, porque estoy aquí sentada escribiendo ante la computadora y mi mente y mi corazón simplemente no están conmigo. Están allá. Hoy en la mañana abrí los ojos y al ver la pared de mi cuarto no pudieron evitar salírseme unas cuantas lágrimas... Extrañe no ver la luz de la madrugada, ni escuchar al panadero, ni los motores viejos de los chevis, ni a los pájaros. Se me salieron porque se que ya no voy a salir a la calle a encantarme con la solidaridad, con la igualdad, con la resistencia. Así es que honestamente eso es lo que soy ahora, a dos días de haber llegado a mi país: un cuerpo que aún le quema el calor del sol cubano, una lengua que no para de hablar a familiares y amigos que un mundo mejor existe, y un cerebro que no para de preguntar cuándo! o cómo podré regresar a la Isla que hizo renacer en mi la esperanza.
Mi camino de aquí en adelante esta trazado. Debo comenzar a escuchar las entrevistas, editarlas y enviarlas a el mayor número de estaciones de radio que sea posible. Es lo menos que puedo hacer después de lo que viví. Después, después no se que venga. Aquí estaré mientras tanto. Esperando ansiosamente saber de ustedes, leyendo e informándome sobre sus logros, tratando de recordar segundo a segundo sus caras, sus sonrisas y los momentos que pasamos juntos. Odio decirlo, pero los extraño como no tienen idea.
Con todo mi amor.
Gabriela
*Gabriela Benítez, periodista mexicana que como turista recorrió la Isla y conversó con colegas cubanos. Ella colabora con la Radio Alternativa de Los Ángeles, California, Estados Unidos
Sábado
He llegado a México sin ningún contratiempo. Mientras iba en el taxi rumbo al aeropuerto mis ojos querían llenarse por última vez con las imágenes de su país, quería grabármelas en mi cabeza pues en el fondo sentía un miedo enorme a las horas que estaban por venir... ya no vería a Cuba, esa Cuba que ustedes, abriéndome sus corazones, me hicieron el favor de mostrarme hasta sus entrañas. Que les puedo decir: me enamore de ella, de su esperanza, de su humanismo, de su rebeldía, de su conciencia, de su alegría, de su música, de su clima, sus paisajes, de sus aguas calmas y transparentes como el corazón de su gente. No puedo negar que en el fondo Cuba se parece (en mucho) al mundo que sueño todos los días, al planeta que deseo para todos, por eso cuando viajaba en el taxi me aferraba tanto a mirar hacia afuera de la ventanilla, con un deseo infernal de que mi alma se me saliera y se quedara flotando, para siempre junto a ustedes.
Y bueno, creo un poco que eso fue lo que me paso, porque estoy aquí sentada escribiendo ante la computadora y mi mente y mi corazón simplemente no están conmigo. Están allá. Hoy en la mañana abrí los ojos y al ver la pared de mi cuarto no pudieron evitar salírseme unas cuantas lágrimas... Extrañe no ver la luz de la madrugada, ni escuchar al panadero, ni los motores viejos de los chevis, ni a los pájaros. Se me salieron porque se que ya no voy a salir a la calle a encantarme con la solidaridad, con la igualdad, con la resistencia. Así es que honestamente eso es lo que soy ahora, a dos días de haber llegado a mi país: un cuerpo que aún le quema el calor del sol cubano, una lengua que no para de hablar a familiares y amigos que un mundo mejor existe, y un cerebro que no para de preguntar cuándo! o cómo podré regresar a la Isla que hizo renacer en mi la esperanza.
Mi camino de aquí en adelante esta trazado. Debo comenzar a escuchar las entrevistas, editarlas y enviarlas a el mayor número de estaciones de radio que sea posible. Es lo menos que puedo hacer después de lo que viví. Después, después no se que venga. Aquí estaré mientras tanto. Esperando ansiosamente saber de ustedes, leyendo e informándome sobre sus logros, tratando de recordar segundo a segundo sus caras, sus sonrisas y los momentos que pasamos juntos. Odio decirlo, pero los extraño como no tienen idea.
Con todo mi amor.
Gabriela
*Gabriela Benítez, periodista mexicana que como turista recorrió la Isla y conversó con colegas cubanos. Ella colabora con la Radio Alternativa de Los Ángeles, California, Estados Unidos
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